Síndrome de Wobbler

Estomatitis en Reptiles .

Síndrome de Wobbler en Murcia - Jc1 Veterinarios

Estomatitis e infección del tracto digestivo superior


Todas las especies corren el riesgo de padecer estomatitis en algún momento de su vida. La casuística mayoritaria se observa en las especies de tortuga de tierra del género Testudo, en la tortuga rusa Agrionemys horsfieldii, en serpientes (constrictoras y venenosas), iguanas (Iguana iguana), camaleones y cocodrilos.

Etiología

La estomatitis puede tener diversas causas:

  • Bacteriana. Muchos investigadores indican que las bacterias Gram (-) son las que suelen colonizar la cavidad oral de los reptiles y producen una estomatitis grave con formación de abscesos y septicemia y de elevada morbilidad y mortalidad. Esta etiología bacteriana suele aparecer en tortugas, serpientes , iguanas y camaleones.
    Las bacterias más frecuentemente aisladas son: Pseudomonas spp., Aeromonas spp., Salmonella spp., Proteus spp., E. coli, Klebsiella spp. y Mycobacterium spp.
  • Vírica. Suele aparecer en tortugas y algunas serpientes y estar originada por las tres familias de virus más frecuentes en las infecciones orales en los reptiles: Paramyxoviridae, Retroviridae y Herpesviridae. Esta última es la causa más frecuente de estomatitis vírica en quelonios. Normalmente se hace permanente, se queda en estado latente y se alternan fases de reactivación o agudización y replicación viral. Los animales infectados pueden ser asintomáticos durante años e incluso para siempre.
  • Fúngica. Poco frecuente. Al igual que ocurre con otros animales, suelen ser infecciones oportunistas asociadas a una depresión del sistema inmunitario.
  • Parasitaria. Hay unos pocos parásitos que pueden ser asociados con infecciones de la cavidad oral.

 

Síntomas clínicos
Los síntomas de esta enfermedad son: anorexia, disfagia, ptialismo, parálisis lingual, gingivitis, equimosis y petequias en la mucosa oral y pérdida de los dientes. Aparecen exudados por la inflamación del tracto respiratorio superior, del tracto digestivo o de la cavidad oral.

En algunos lagartos, camaleones y serpientes se aprecia acumulación de pus caseoso sobre la superficie de la lengua. En los casos graves se complica con la producción de septicemia y muerte del animal.

 

Técnicas de diagnóstico
El diagnóstico consiste en la recogida de una buena historia clínica y un examen físico cuidadoso. Después, recurriremos a la aplicación de los siguientes medios diagnósticos:

  • Radiología: sólo si se sospecha que algún absceso originado en la boca hubiera afectado a los huesos mandibulares y/o maxilares
  • Hematología y bioquímica: se observa un aumento de serie blanca, GPT y CK.
  • Citología: por impronta bucal se observan células inflamatorias, bacterias y/u hongos. En quelonios pueden encontrarse células con cuerpos de inclusión (vírico).
  • Microbiología: indispensable el cultivo y antibiograma.

 

Tratamiento
Debe aplicarse lo más rápido posible para evitar que la enfermedad progrese a las fases finales. Se ha de retirar el pus (figura 9) y el material necrótico y desinfectar con una solución de clorhexidina al 0,05%. Si es necesario se anestesia al paciente y se hace una desbridación quirúrgica de los tejidos orales infectados y del hueso.

Las de origen bacteriano se tratan mediante el uso prolongado de antibióticos y la corrección de cualquier problema nutricional y de manejo. El tratamiento definitivo debe basarse siempre en el cultivo y antibiograma de las lesiones para poder identificar la bacteria responsable.

Los antibióticos que normalmente se usan son quinolonas: aminoglucósidos y cloranfenicol.

Las de origen vírico suelen responder mal al tratamiento. Se da terapia de sostén, para asegurar un buen estado nutricional y de hidratación. Se usan antibióticos tópicos y sistémicos para evitar contaminación bacteriana secundaria.

En las de etiología fúngica también se deben hacer cultivos y antibiogramas, pues es muy frecuente que se compliquen con infecciones bacterianas secundarias.

 

Tratamiento con analgésicos

Son muchos los analgésicos que podemos usar y algunos de los más frecuentes son: buprenorfina, butorfanol, carprofeno, meloxicam, morfina, pentazocina y petidina.